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UNIDAD MEDICA SAN JUAN Ginecoobstetricia: LA INFERTILIDAD Y SU HISTORIA

8 may. 2011

LA INFERTILIDAD Y SU HISTORIA



la Infertilidad y su historia





Dr. Frank Atacho R. en cirugia de Reconstrucción tubarica


LA INFERTILIDAD
Si usted y su pareja han tratado de tener un bebé por un año o más, sin éxito, pueden padecer de infertilidad. En ciertos casos, cuando la infertilidad resulta como efecto secundario de alguna otra condición que requiere tratamiento (como la endometriosis), se puede convertir en un viacrucis ese deseo de concebir un bebe. Este problema no es de ahora, ya que desde hace muchos años se ha hablado de infertilidad, veamos su Historia:

El papiro de Ebers (fig. 6-2) fue el más famoso de los papiros egipcios. Escrito en la dinastía XVIII (1550 a.C.), es uno de los más valiosos textos médicos que ha legado el Egipto faraónico; en él se recoge además de datos sobre ginecología, de distintas afecciones del aparato respiratorio, entre ellas una que podría identificarse con la asmática.

El papel de los dioses era tan importante en la época griega, de hecho las patricias jóvenes que querían salir embarazadas iban al templo de Juno. Allí los sacerdotes del dios Pan o Luperques las recibían y, desnudas y postradas, las flagelaban con un látigo de piel de macho cabrío, conocido por su potencia sexual.

Hipócrates estaba muy familiarizado con el problema de la infertilidad y tenía varias recetas para diagnosticarla inspiradas en los egipcios. Para él la infertilidad se debía a las siguientes causas:
• Mala posición del cérvix.
• Debilidad de la cavidad interna debido a un origen congénito o adquirido subsecuentemente a una cicatrización de úlceras.
• Obstrucción del orificio uterino debido a una amenorrea.
• Flujo menstrual excesivo, que haría al útero incapaz de fijar la semilla.
• Prolapso uterino.

En génesis nos expone: «Sed fructíferos, multiplicaos, y repoblar la tierra» fue la orden que Dios les dio a Adán y a Eva al comienzo del libro del Génesis (1:28). En este contexto se puede entender que la infertilidad fuera un castigo divino, al tiempo que la infertilidad masculina no fuera reconocida. Sin embargo, Dios podría privar de descendientes a una pareja para castigarla por un pecado.

Al ver los principios de la creación, el relato bíblico dice que Dios creó a Adán a su imagen y semejanza, Con el propósito de llenar la tierra de hijos de Dios. Adán entonces sería el padre de la raza humana, pero debido a que comió el fruto prohibido, el pecado ingresó en el mundo y toda su descendencia fue afectada.

De esta manera, el proyecto de formar una nueva raza se detuvo hasta que Dios llamó a Sayyedina Ibrahim (en español Abraham). Abraham estaba casado con Sarai, que en Génesis 15:17 cambia de nombre a Sara o Sarah, como también se la conoce. Esta pareja tenía una sirvienta egipcia de nombre Agar y los tres vivían solos porque Sara tenía un problema de infertilidad. En vista de esto, Sara decidió ofrecerle su sirvienta a Abraham para que tuviera hijos en lo que se puede considerar la primera mención sobre maternidad subrogada.

GÉNESIS 15:16 Dijo entonces Sarai a Abram: ya ves que Jehová me ha hecho estéril; te ruego, pues, que te llegues a mi sierva; quizá tendré hijos de ella. Y atendió Abram al ruego de Sarai. Y Sarai mujer de Abram tomó a Agar su sierva egipcia… y la dio por mujer a Abram su marido… Y Agar dio a luz un hijo a Abram, y llamó Abram el nombre del hijo que le dio Agar, Ismael. 16 Era Abram de edad de ochenta y seis años, cuando Agar dio a luz a Ismael… Lo más impresionante de este pasaje de la Biblia, desde el punto de vista de la reproducción, es la edad de Abraham cuando embarazó a su sirvienta egipcia.

Por supuesto que Dios decide solucionar el problema familiar dándole un hijo a Sara, también a edad avanzada de su vida, en lo que pudiera considerarse el primer embarazo en la postmenopausia. GÉNESIS 15:17 Dijo también Dios a Abraham: A Sarai tu mujer no la llamarás Sarai, mas Sara será su nombre. 16 Y la bendeciré, y también te daré de ella hijo; sí, la bendeciré, y vendrá a ser madre de naciones; reyes de pueblos vendrán de ella. 17 Entonces Abraham se postró sobre su rostro, y se rió, y dijo en su corazón: ¿A hombre de cien años ha de nacer hijo? ¿Y Sara, ya de noventa años, ha de concebir? 18 Y dijo Abraham a Dios: Ojalá Ismael viva delante de ti. 19 Respondió Dios: Ciertamente Sara tu mujer te dará a luz un hijo, y llamarás su nombre Isaac…

Ahora bien, existen controversias religiosas:
Los musulmanes creen que ellos son el pueblo elegido por ser descendientes de Ismael, el primogénito de Abraham. Ismael, después de abandonar la casa, funda las naciones árabes, cuando se casa con la hija de un príncipe del linaje de Catan. De esa relación nacen doce hijos, príncipes de sus respectivas tribus. Muhammad, uno de los descendientes de Ismael, fue el elegido por Dios para que el Arcángel Gabriel le enseñara las palabras exactas de Dios y de allí nace el Corán.

Los judíos creen que ellos son el pueblo elegido por ser descendientes de Isaac, el primer hijo legítimo de Abraham, y esperan la llegada del Mesías que debe ser hijo del rey David por el lado paterno. Isaac se casó con Rebeca y tuvo gemelos: Esaú y Jacob, a este último un ángel le cambia el nombre por el de Israel y tiene doce hijos que dieron origen a las doce tribus de Israel.
Luego aparece Jesús, unos 350 años después de la muerte del último de los profetas. Jesús era judío pero nació de una virgen, por lo que no tuvo padre y, por ende, no pudo haber tenido la posibilidad de cumplir la profecía mesiánica de ser descendiente del rey David por el lado paterno, de allí que los judíos no lo aceptan. De esta manera los creyentes en Jesús no son aceptados por los judíos y sus seguidores forman la religión católica.

Así es que, como consecuencia del problema de infertilidad de Sara, la maternidad surrogada de Agar, el embarazo en la postmenopausia de Sara y la virginidad de María, el mundo ha estado en constantes guerras religiosas durante milenios.

El médico más afamado y prestigioso de esta escuela fue Avicena (980-1037), Para Avicena la infertilidad podía tener un origen masculino o femenino, relacionado con una anormalidad de los «espermas» producidos por el hombre o la mujer.

Los médicos en la Edad Media utilizaron distintas recetas para diagnosticar el origen de la infertilidad. Una de éstas, inspirada en los egipcios y adoptada por el médico valenciano Arnau de Villanova (1240-1311), consistía en insertar un diente de ajo en la vagina; si el olor se transmitía a la boca de la mujer entonces era fértil. Una vez que se había establecido el diagnóstico, la etiología de la infertilidad se debía buscar entre las siguientes tres causas (De Villeneuve, 1512):
• Obesidad, «la grasa asfixia la semilla del hombre».
• Por el excesivo calor o humedad puesto que «la gran humedad que está en la madre puede asfixiar el esperma que recibe... cuando está muy caliente la madre recibe la semilla y la quema con lo que no puede concebir».
• Una desproporción de los órganos genitales podía ser una causa de infertilidad, debido a un orificio del útero demasiado estrecho, abierto o grande.

Un auge en la medicina se llevó a cabo en el Renacimiento, el cual marca un período innegable de progreso científico; uno de los centros principales fue Italia, donde trabajaron brillantes anatomistas como Vesalio(1514-1564), quien identificó los folículos y el cuerpo amarillo del ovario, o Leonardo da Vinci (1452-1519), el primero en dibujar la anatomía del útero y los ovarios.
Ambroise Paré (1517-1590) fue un famoso cirujano que sirvió a cuatro reyes de Francia, defendía la dilatación del cérvix para el tratamiento de la infertilidad.

Siglos XVII y XVIII. En esta época se publicaron más trabajos acerca de la infertilidad como De Sterilitate Utriusque Sexus, escrito en 1609 por Jean Hucher (1570-1630), y Observations diverses sur la stérilité, escrito por Louise Bourgeois (1564-1644) en el mismo año. En 1672, a la edad de 31 años, el médico holandés Regnier de Graaf (1641-1673) publicó su gran trabajo sobre los órganos reproductivos femeninos De Mulierum Organis Generationi Inservientibus Tractatus Novus (Nuevo tratado sobre los órganos reproductivos femeninos), que estableció el ovario como la fuente del óvulo.

El anatomista alemán Martin Naboth (1675-1721) publicó en 1707 su tratado sobre infertilidad De Sterilitate, en el cual mantiene que la esclerosis ovárica y los bloqueos tubáricos podrían ser causa de infertilidad.

En el año 1884, en Filadelfia (EE.UU.), se produjo el primer caso confirmado de inseminación artificial con donante (IAD), llevada a cabo por William Pancoast en el Jefferson Medical College.
En 1891, Walter Heape es el primer científico en recuperar un embrión preimplantatorio mediante el lavado del oviducto de una coneja, que luego fue transferido a una receptora en la cual continuó su desarrollo normal (Heape, 1891).

Los doctores Steptoe y Edwards (Premio nobel de Medicina en el 2.010), en 1976, señalan el primer embarazo en humanos que resultó en ectópico (Steptoe and Edwards, 1976) y luego, el 26 de julio de 1978, nace Louise Brown, primera niña concebida mediante FIV (Edwards and Steptoe, 1978), fecha que marca el nacimiento de la medicina reproductiva moderna.
La primera experiencia nacional Venezuela), con inseminación artificial, siguiendo criterios modernos, se hace en la Clínica El Ávila, cuando en 1974, El 24 de febrero de 1986 nació Coromoto Josefina, primera niña concebida mediante esta técnica (Aller y col., 1986). En 2005, se logró el nacimiento de los primeros bebés producto de diagnóstico genético preimplantación (Rizquez, 2005).

Actualmente tanto la infertilidad primaria como la infertilidad secundaria tienen muchas facetas para solucionarlas (fertilización in vitro o reconstrucción tubarica) y lograr un feliz embarazo

Al contrario de lo que sucede con el cáncer o las enfermedades del corazón, la infertilidad no se considera como una falla del organismo, sino como una falla para satisfacer un deseo y lo comparan con el mismo anhelo que puede tener una mujer de una cirugía cosmética (Sandellowski and De Lacey, 2002), de allí que, en la mayoría de los países, los seguros médicos no cubren los tratamientos de infertilidad.

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